La importancia de hacer política en España

05/06/2018 00:33 | Actualizado a 05/06/2018 07:01

Cuenta una fábula que un hechicero decidió cruzar un ­león con un caballo confiando en que la nueva criatura tuviera la velocidad del caballo y la fuerza del león. Sin embargo, no se percató de que la parte de león de la criatura, siguiendo su instinto, devoraría su parte de caballo provocando así su propia muerte. La fábula ilustra el sentimiento de temor que invade a la política catalana, desde Francesc Cambó hasta nuestros días, de quedar atrapada en los cantos de sirena de la política española. Incluso se podría afirmar que, en el caso de tener la oportunidad de asumir el papel del hechicero, como ya tuvo la oportunidad de hacerlo Jordi Pujol, para tener ministros en Madrid, lo rechazaría por temor a quedar enredada en la telaraña española. El triunfo de la moción de censura de Pedro Sánchez, con apoyo de ERC y el PDECat, ha vuelto a poner encima de la mesa si el independentismo debe o no contribuir a la gobernabilidad de España. Se trata de un dilema falso, pues lo que se impone es una visión de los acuerdos que los reduce al siguiente razonamiento: en el caso de que vaya bien, el independentismo puede quedar entonces atrapado en el proyecto político español retrasando el horizonte político del proceso catalán; y, en el caso de que vaya mal, padecer entonces las consecuencias de haberla apoyado. El falso dilema ha sido superado por ERC y el PDECat al decidir apoyar la moción de censura del Partido Socialista Obrero Español. Esta decisión tiene la virtud de volver a posicionar a Catalunya como actor positivo y cons­tructivo en la política española. En este sentido, hay que destacar el acierto de Marta Pascal de comprender que el Govern de Catalu­nya también debe ser fortalecido con acuerdos políticos en Madrid.

Afortunadamente, esta vez, el prag­matismo que permite a partidos como el PDECat evolucionar de la política de bloques a la política de pactos, sin excluir ningún escenario que pueda favorecer el proyecto político que defienden, ha superado al miedo a cambiar la naturaleza del proceso independentista. Robert Penn Warren, en su obra Todos los hombres del rey, señala que “sólo podemos conservar el pasado si somos dueños del futuro”. Para ser dueños del futuro de Catalunya hay que volver a hacer política en Madrid. Una verdad incómoda para el independentismo pero básica para su supervivencia.