Tras el no a Mas de la CUP:
Y ahora, ¿qué?

Análisis de urgencia de los partidos catalanes ante unas nuevas elecciones


 03/01/2016 16:13 | Actualizado a 04/01/2016 10:37

La decisión de la CUP plantea que unas nuevas elecciones sean inevitables en Catalunya pero aunque solo han pasado poco más de tres meses del 27S, la situación política ha cambiado mucho y los sujetos políticos no tienen por que ser los mismos. Hay muchas dudas abiertas. Vamos a analizarlas.

CONVERGÈNCIA

Está por ver si el milagro conseguido por Artur Mas de unificar a CDC, ERC, los independentistas de Unió y un buen grupo de personalidades afines se puede repetir por segunda vez. La tentación de Junqueras de ir por su lado e intentar ser el president de la Catalunya independiente es muy grande. Las encuestas la sitúan por delante de una CDC muy debilitada por los escándalos de corrupción de la familia Pujol y las dudas sobre la contabilidad del partido. Al mismo tiempo en la propia Convergència surgen voces que piden un replanteamiento de la estrategia que cambie el Santo Grial de Estado Catalán por un más moderado y cómodo del Dret a Decidir. Estos sectores de Convergència tendrían las manos más libres en un futuro grupo parlamentario de CDC que en uno agrupados en Junts pel Sí. Habría que ver también qué decisión toma Artur Mas pero en circunstancias adversas como las actuales, es difícil que tire la toalla.

ESQUERRA

ERC ya ha superado a Convergència en las últimas elecciones europeas y en las generales españolas. Hay un discurso que Junqueras tiene muy bien elaborado que consiste en decir que los partidos independentistas si van por separado pueden lograr más votos que juntos. Nadie le puede discutir al líder de Esquerra que ha luchado hasta el final para tratar de convencer a las (la) CUP de las bondades del candidato Artur Mas. Junqueras se ha mojado por Mas. Ahora, en cambio, tiene las manos libres para poder pedir a CDC que les deje volar solos. Junqueras está ante la gran oportunidad de su vida.

DEMÒCRATES

En este escenario está por ver lo que harían los democristianos escindidos de Unió. El grupo de Antoni Castellà tiene ganas de hacer carrera en solitario y ocupar el espacio de centro que ahora aparecer huérfano con una Convergència independentista y una Unió de Duran que no aparece en el mapa. Demòcrates puede presentarse en solitario pensando más en el futuro que en el día de hoy. Al margen de los líderes escindidos de Unió, tiene candidatos independientes de peso como el economista Miquel Puig y otros a la espera. En las últimas elecciones generales formó parte de la coalición Democràcia i Llibertat con CDC. Ahora no lo tienen tan claro.

EN COMÚ PODEM

Segunda oportunidad de oro para Podemos, Iniciativa y Barcelona en Comú después del fiasco que supuso la apuesta de Lluís Rabell con Catalunya si que es pot. El 27S, la formación de Ada Colau no jugó a fondo sus cartas como sí hizo en las últimas generales. Está por ver si Ada Colau dejaría la alcaldía de Barcelona para liderar la aventura de presidir la Generalitat, pero después de los resultados registrados en las elecciones generales y el fiasco que ha supuesto la victoria de Junts pel Sí, la tentación es muy grande. Esta candidatura podría conseguir votos de independentistas desencantados, de votantes de la CUP que no han entendido la estrategia de esta formación e incluso de socialistas federalistas cuyo peso en la política catalana es más pequeño cada día que pasa. Si Pablo Iglesias persiste en su idea del referéndum, En Comú Podem va a conseguir muchas simpatías en Catalunya en contraposición al mensaje jacobino del PSOE de toda la vida. La mano de Iniciativa se palpa.

CUP

Sería un error culpabilizar a la CUP de la situación actual. La formación anticapitalista no ha engañado a nadie. Ha sido fiel a sí misma hasta el final. El problema ha sido para aquellos que se han autoengañado en las últimas semanas pensando que podrían doblegarlos con estrategias de presión que funcionan en otros ámbitos, pero no con ellos. El problema de la CUP es si todo este proceso le va a provocar alguna ruptura interna pero lo normal sería que les reforzase aún más en sus posiciones y su ideología radical. Su riesgo es que pueden perder algunos votos independentistas prestados el 27S, que ahora volverán a CDC o Esquerra, y también otros que pueden sentirse tentados por Pablo Iglesias y Ada Colau.

CIUDADANOS

El partido de Albert Rivera tiene que ir a lo suyo. Como el resto de partidos defensores del status quo, tiene que poner en evidencia la parálisis del Gobierno autonómico catalán y aspirar a seguir creciendo. Pero no todo es un camino trillado. Las últimas elecciones generales han supuesto un aviso para Ciudadanos porque buena parte del electorado que votó en septiembre a Inés Arrimadas puede sentirse atraído ahora por las propuestas de En Comú Podem . Lo que suceda estas próximas semanas en Madrid en la negociación por el timón de la Moncloa va a influir también en el futuro de Ciudadanos.

PP

Su situación es similar a la de Ciudadanos. Con un ojo pendiente en lo que pasa en la Moncloa y con el otro atacando a Mas y a su estrategia independentista. Su gran problema es que las críticas a los partidos nacionalistas catalanes y la erosión que les puede suscitar no significan votos automáticos a su formación. El PP está perdiendo votos elección tras elección y tampoco este adelanto electoral llega en su mejor momento.

PSC

La simpatía, con bailes incluidos, y la gran habilidad dialéctica de Miquel Iceta no se sabe si serán suficientes para que el PSC levante el vuelo. Solo le faltaba ahora el crecimiento a su izquierda de En Comú Podem para poner más plomo en sus alas. Lo tiene dificil el PSOE, lo tiene dificil el PSC. Tampoco este adelanto electoral llega en el mejor momento para los socialistas

UNIÓ

Es probable que Duran lo vuelva a intentar. Dicen que no hay dos sin tres pero también que a la tercera va la vencida. El fracaso de Junts pel Sí para formar gobierno deja a Unió la posibilidad de plantearse un nuevo intento para cautivar a los antiguos votantes centristas y moderados de CiU. Veremos si el partido tiene suficiente oxígeno para una tercera campaña en estas condiciones.